ESTA SEMANA HA FALLECIDO  MI PADRE,  

FERNANDO ÁLVAREZ CASAS.

Me enseñó muchas cosas, también gastronomía; sobre todo saber amarla y respetarla.

Recuerdo un día en aquel restaurante. Apenas contaba con cinco o seis años, cuando me explicó la diferencia entre un restaurante de un tenedor y otro de cinco:
“En el de 1, comes todos los platos con el mismo tenedor y en el de 5, te ponen cinco distintos en la comida”

Me enseño a apreciar el vino en las comidas: me daba una gota en ocasiones especiales y antes me invitaba a olerlo y probarlo despacio.

Criticó de forma constructiva mis primeras elaboraciones y me halagaba cuando conseguía un buen plato.

Uno de mis últimos disfrutes gastronómicos con él fue en un restaurante donde tomamos seis platos de bacalao distintos. No llegamos a un acuerdo sobre cual era el mejor.

Quienes le conocisteis, sabéis por qué le recordaremos como un extraordinario ejemplo de calidad humana.  

Muchas Gracias por todo, te recordaré.